Una extraña nevada
El día 8 de enero, en Madrid, empezó una gran nevada que paralizó la actividad de mucha gente. Aunque no dejó a nadie indiferente, cada persona lo vivió de una manera distinta. Veamos algunos testimonios de los alumnos del IES Rayuela.
H.G.A:
El sábado me desperté, miré por la ventana y vi que estaba nevando. Me sentí muy feliz porque hacía mucho que no nevaba así, y cuando salí a la calle disfruté mucho. El domingo había mucha más y me encantó porque se podían hacer guerras de nieve y nos podíamos tirar en trineo, fue muy divertido.
V.R.B:
El sábado por la noche empezó a nevar, y cuando nos levantamos a la mañana siguiente había una capa considerable. Siguió nevando y la terraza se llenó de esta, los vecinos se repartieron palas para limpiar primero las entradas a los portales y luego las terrazas.
N.R.S:
Cuando empezó a nevar supongo que todos estábamos felices. Hacía mucho que no veía la nieve, desde pequeña, y esa misma tarde bajé a dar un paseo. Al día siguiente, cuando ya había nieve para jugar, bajé con mis amigos a hacer un muñeco y estuvo genial, aunque no sabíamos que un día más tarde nos íbamos a tener que quedar en casa porque todo se iba a complicar.
Me gustó bastante la nieve, pero empezó a estorbarme, porque quería volver a clase.
M.T.V:
La verdad es que ha sido la primera vez que he visto nevar tanto, me ha gustado mucho ver cómo caían los copos y salir a jugar con la nieve. Aunque, por otra parte, daba un poco de miedo estar atrapados en casa, dado que en un caso de emergencia nadie podía venir a ayudar.
En general. me ha gustado, aunque prefiero el calor.
D.R.G:
Pues la verdad es que al principio de todo me gustó la nieve, es decir, me asombró ver cómo una ciudad como Móstoles podía estar tan llena de nieve, y el sábado lo disfruté mucho. Pero llegado el domingo, me empecé a hartar bastante de ella ya que la ciudad estaba parada y no se podía mover nadie. Y, entre semana, otra vez dando las clases online, ya fue el remate para empezar a odiarla.