«Con el teatro aprendes a escuchar»–Viaje al centro de la escena

0

Dos alumnas nos cuentan su paso por el Bachillerato de Artes Escénicas

Dos alumnas nos cuentan su paso por el Bachillerato de Artes Escénicas

“Pensaba que ya habíamos llegado a nuestro culmen, y fue en la convivencia intensa durante 48 horas, cuando me di cuenta de que todavía me quedaba mucho por aprender de mis compañeros de teatro”. Estas palabras de Paula Luna se nos quedan grabadas durante la entrevista que le hicimos junto a su compañera Claudia Ramos, y enfrente, como maestro de ceremonias,  a José María Pallás, jefe del Departamento de Lengua y director de la obra de teatro Ascensión y caída de Magonny. El propósito era que nos hablaran de su viaje a Extremadura, en el que estos artistas representaron la obra de Bertolt Brecht delante del público de Mérida y Trujillo. El resultado fue inesperado por el amor y la pasión que mostraron nuestras alumnas no solo por su viaje, sino también por el proceso de aprendizaje. 

José María nos explica las razones que condujeron a iniciar el viaje: “Al hilo de los buenos resultados de la Muestra de Teatro de Móstoles y de la presentación al Certamen de Teatro de la Comunidad de Madrid, en el que no pasamos el corte, decidimos buscar nuevas vías para amortizar el inmenso trabajo que supuso montar una obra de Brecht, con texto completo, con coreografía y números musicales en vivo.[Y gracias a la gestión de la profesora Nuria Muñoz, quien tiene contactos en la Junta de Extremadura]”. Así, y gracias a las buenas gestiones de la profesora de inglés Nuria Muñoz, quien impulsó contactos con el área de cultura de la Junta de Extremadura, la obra de Brecht pudo viajar a Mérida y Trujillo el 29 y 30 de junio de 2018. Y  allí estaban Paula Luna y Claudia Ramos. “Para mí fue muy especial”, nos cuenta la primera, “porque a lo largo del curso se creó una cohesión especial, porque cada uno respetaba a los compañeros y se idolatraba el esfuerzo. Y cuando nos vamos de viaje, yo pensaba que nuestra cohesión ya había llegado a su máximo nivel, y me doy cuenta de que no, de que la convivencia diaria, cuarenta ocho horas con tus compañeros, en comidas, en problemas (yo me quedé afónica, por ejemplo), hace que la unión entre compañeros fue absoluta, y de ahí surgieron amistades. Fue una experiencia que trascendió un simple grupo de teatro”, concluye Paula. Después, toma la palabra Claudia, que está terminando Segundo de Bachillerato este año, para recordarnos que, aunque su trabajo era muy diferente (ella participaba detrás del escenario, como ayudante de dirección), la experiencia fue muy especial al sentir cómo, siendo una compañera más, todos los intérpretes ponían de su parte, colaboraban y le hacían caso en todo lo que ella les sugiriera. “Al final fue un trabajo hermoso y, sobre todo, muy bonito” sentencia Claudia con una sonrisa nostálgica. El viaje a Extremadura. además, fue una oportunidad única para actores en ciernes como ellos. “Claro que se ponían nerviosos”, recuerda Claudia”, “pero es verdad que cuando salían a escena se crecían, se creían plenamente su papel y su trabajo”. Además. como recuerda Paula, el viaje a Extremadura supuso un impulso para su aprendizaje, pues es completamente diferente cuando tienes que descargar tú solo todo el atrezzo y los materiales en un teatro nuevo, ver caras completamente desconocidas entre el público, lejos de familiares o amigos, y repartir folletos informativos sobre la obra para los viandantes de Mérida y Trujillo. Fue la plasmación “del trabajo que hemos estado haciendo durante nueve meses” apostilla Claudia.

Y después del viaje y del teatro y del verano, vino un curso nuevo. Paula Luna marchó a hacer un doble grado de Educación Primaria e Infantil y Claudia retornó los estudios de Bachillerato, con el fin de rematar los últimos flecos para el título. La pregunta es obligatoria: ¿qué os ha dejado vuestro paso por el Bachillerato de Artes Escénicas? “Muchísimo aprendizaje, tanto técnico como personal”, sentencia Claudia. “Ha sido increíble ver cómo montar una obra desde cero, desde el puro texto, hasta llegar a la representación y verla montada en los escenarios, incluso fuera de Madrid. Y aunque ahora no estoy implicada en el grupo de teatro, aún me sigo colando en los ensayos de Pallás e intento aportar lo que sé”, dice Claudia esbozando una sonrisa cómplice con su profesor. Paula, por su parte, una de las pocas que se tituló en su promoción, valora muy positivamente las herramientas que le ha dado su paso por el teatro para el comienzo de su carrera universitaria”: “El teatro me ha ayudado muchísimo. En mi capacidad de expresarme, en mis facultades para hablar en público, en hacerme consciente de mis limitaciones y de mis capacidades para superar mis dificultades… Además, gracias al grupo, entré en contacto con con AMAS, una asociación de personas con diversidad funcional, y desde mayo del 2018 colaboro con ellos; ya llevamos cinco representaciones juntos”. 

Urgidas para que nos digan con qué se quedan de su experiencia del trabajo en equipo, Claudia no tiene dudas: “Con el teatro aprendes a escuchar. Y a sentirte escuchada, que también es importante”. Paula añade que a confiar en los demás, y lo redondea con una frase impactante: “Con el teatro dejas a un lado los aspectos individualistas para aprender a compartir, a apreciar las ideas de los demás, a trabajar en equipo…”

Suena el timbre del fin del recreo. Nos miramos con el azoramiento del que sabe que nos falta tiempo para seguir hablando. Este es un trabajo hermoso: la ilusión y la curiosidad se dan la mano.

La redacción

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *