24 de junio de 2024.

Mi hermana y yo estábamos asustados. Dentro de tres horas sucedería el mayor apagón del mundo. No funcionarían móviles, tablets, portátiles, luces, frigoríficos, televisiones, etc. Iba a ser un caos absoluto.

A 2 horas para el gran apagón:

Mi madre fue corriendo a por todo lo necesario: agua potable, alimentos, velas, cerillas, radio, baterías, pilas y dinero.

A 1 hora para el gran apagón:

Ni las noticias ni ningún otro canal funcionaban. Todos estábamos en casa con familiares o amigos, y todo el mundo esperaba asustado. Ninguno sabía cuándo iba a empezar.

A 30 minutos para el gran apagón:

Mi padre y mi madre se estaban preparando. Yo, como de costumbre, jugaba al móvil, ya que no sabía hasta cuándo iba a poder jugar de nuevo. Mi hermana estaba viendo sus series aburridas y repelentes.

A 10 minutos del gran apagón:

Mi madre ya nos había quitado el móvil y la tele. Estábamos en el salón en videollamada con mis abuelos y tíos. Mi tío Emilio, de parte de mi madre, nos contó que era mentira y que solo querían asustarnos. Él no se creía nada de lo que iba a pasar.

A 5 minutos del gran apagón:

Mi hermana estaba preocupada ya que no iba a ver la televisión hasta dentro de mucho tiempo. Mientras mi hermana se quejaba todo se apagó de inmediato.

¡Ya llegó el gran apagón! Había empezado a las 12.00 h del 24 de junio.

Mi hermana cogió el mando de la tele e intentó encenderla, pero no pudo. Fue al frigorífico y la luz no estaba encendida. Cogió mi móvil y nada, no funcionaba nada de nada. De repente rompió a llorar. Mi madre intentó tranquilizarla. Ella decía que tenía miedo, que la televisión no funcionaba. Yo también pensaba lo mismo, pero mi padre encendió unas velas y nos pusimos a jugar a juegos de mesa. Mi hermana y yo teníamos una gran colección de juegos de mesa porque por cumples, notas y Reyes Magos se nos acumulaban como regalos. Nosotros no jugábamos a esos juegos, estábamos todo el día estudiando o jugando a videojuegos. Estuvimos tanto tiempo jugando que empezó a gustarme más y más. Mi padre estaba disfrutando ese momento en familia. 

Ya eran las siete y a mi hermana le entró la duda de cómo había sucedido este apagón, mi madre le explicó que una parte del sol había explotado y se había creado una onda que alcanzó la tierra, dejándola sin electricidad. Mi hermana y yo nos preocupamos un montón. A mi madre le pareció buena idea enseñarnos fotos y contarnos historias de nuestros antepasados. Mi hermana se rió porque no se podía ver ninguna foto sin el ordenador. Mi padre le explicó que había álbumes donde se podían ver en papel. 

Ya eran las 12h del 25 de junio.

Seguíamos viendo las fotos y de repente: ¡Pum! Se encendieron las  luces y todo volvió a la normalidad. 

Desde ese día, seguí cogiendo el móvil, pero ya no tanto.

Lucas Navarro Martínez 1CESO

Ilustraciones de Ricardo Navarro López

3 pensamientos sobre “Un día sin móvil

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